Ni exactamente igual ni completamente diferente, el reloj Ballon Blanc de Cartier es un cometa que se coló en los talleres de Cartier una noche de luna llena y volvió a aparecer en la caja de un reloj Ballon de Cartier.
Un reloj que teje los secretos joyeros y relojeros de la Maison, asume una pose y se inventa como reloj joya, precioso, femenino y delicado, malicioso de vez en cuando… Habitado por la gravedad, se adueña de los códigos y se inventa un nuevo rostro como quien cambia de imagen… La caja sigue teniendo el aire de un guijarro, preciosa como una polvera. Esfera flinqué de nácar, manecillas azules con forma de espada: ¡la firma Ballon de Cartier está presente! Pero si los números romanos y el ferrocarril interrumpen su recorrido, es para acoger una coquetería que irrumpe a las 4 horas: un diamante, solitario y decidido…
El brazalete, compuesto por cinco hileras de burbujas perfectas, con pavé o lisas, evoca un río…