Su alteza real, el príncipe Carlos de Inglaterra, Duque de Rothesay, visitó la Destilería Ardbeg, en Islay, cuna del Puro de Malta Ardbeg de Islay .
Durante su visita, Michael Heads, director de Ardbeg, explicó al duque las celebraciones que se han llevado a cabo con motivo del 200 aniversario de su fundación, conmemorando su «presente, pasado y futuro». Asimismo, el duque visitó la exposición «Artbeg» y se le informó sobre los planes de la firma para apoyar a la comunidad de South Islay con el Proyecto Kildalton mediante su asociación con la organización benéfica de su alteza real, la North Highland Initiative.
Su alteza real también visitó a otros grupos dentro de la comunidad así como negocios locales que trabajan con Ardbeg. Durante la despedida, Marc Hoellinger, presidente y consejero delegado de The Glenmorangie Company, que acompañó al príncipe durante su visita, le obsequió con una botella de Whisky Ardbeg Kildalton, lanzada para apoyar el proyecto benéfico de su alteza real, destinado a promover y fortalecer los productos, lugares y gentes de las zonas rurales de Escocia, como Islay. Este objetivo también se recoge en el Proyecto Kildalton, centrado en el desarrollo de un moderno pabellón social en Port Ellen, construido en colaboración con la organización benéfica South Islay Development y la Iglesia de St. John.En palabras del señor Hoellinger: “Ardbeg vive un momento muy interesante. Desde el renacimiento de la destilería en 1997, el número de seguidores de Ardbeg ha aumentado considerablemente entre los apasionados del whisky de todo el mundo.
Este éxito y el gran trabajo de todos aquellos que participan en Ardbeg significa que hoy en día existen 38 puestos de trabajo a tiempo parcial y completo en la destilería, lo que supone una valiosa contribución a la comunidad y la economía de South Islay. Ardbeg, junto con el Old Kiln Café y el restaurante, es un vibrante punto de encuentro tanto para los aficionados al whisky como para la comunidad local. La visita de su alteza real a Ardbeg supone una motivación muy grande para la plantilla de la destilería, sus familias y la comunidad de Islay en general”.