Donald Trump, estrena una versión mejorada de «La Bestia», el vehículo presidencial, un Cadillac One negro para defenderse de cualquier tipo de taque.
Equipado con lanzagranadas y cañones, este Cadillac de ocho toneladas tolera impactos de bombas y granadas y cuenta con cámaras de visión nocturna para escapar de un ataque si así fuera necesario.
A Trump llevará le acompaña un guarda con un portafolios desde el que puede ordenar un ataque nuclear. Incluye un maletín de 20 kg y cuenta con una correa de seguridad atada a la muñeca del guardia.
Además de contar con elementos para extinguir incendios y reservas de oxígeno, el coche incorpora un pequeño contenedor con sangre del tipo sanguíneo del presidente por si sufriese un ataque que le hiciera requerir una transfusión. Con sus casi cinco metros y medio de largo y más de uno y medio de alto, la limusina del POTUS está protegida también por una puerta de ocho pulgadas (más de 20 centímetros) de grosor, con un peso similar a la de la cabina de un Boeing 757, y cristales a prueba de balas. Además de preparado para proteger al presidente, la Limo One, como también se conoce al vehículo, está preparada para defenderse: en su parachoques frontal hay pequeños cañones de gas pimienta y una cámara de visión nocturna, aparte del armamento propio del personal de seguridad del Gobierno, y allá donde viaje con el presidente se aparcará estratégicamente para formar una barrera entre el máximo mandatario estadounidense y una posible multitud que pudiera agolparse sobre él.
En su interior, Donald Trump contará con un teléfono vía satélite con el que podrá estar en contacto permanente tanto con su vicepresidente Mike Pence como con el pentágono