La Casa Dior nos acerca a un film único e icónico. En él podemos disfrutar del proceso de creación de uno de los perfumes más emblemáticos de la firma desde la recogida de sus flores hasta el esculpido final del cristal que lo atesora: J´adore que nació de un bouquet lleno de color, compuesto de las más bellas flores que hubiesen florecido en los mejores campos.
François Demachy
Este amor por la tierra se remonta a los orígenes de la Maison ya que el propio Christian Dior sintió un importante apego a la tierra. Flores a las que amaba más que cualquier otra cosa, servían de inspiración a todos sus diseños, tanto en moda y perfumería.
En la Finca Manon en Grasse, la misma familia durante más de tres generaciones ha estado cultivando las flores que se usan para J’adore L’Or: Rosa Centifolia y Jazmín Grandiflorum. Las condiciones climáticas tan especiales que se dan en esta finca aunando mar y montaña son las que definen a estas flores su caracter tan único. La Casa Dior y la Finca Manon tienen un acuerdo de exclusividad por el que la finca dedica la totalidad de su cosecha para la Maison
En Grasse, los excepcionales ingredientes son tan preciosos como el oro. La Rosa Centifolia también conocida por la «rosa de los cien pétalos» o «rosa de mayo» se cosecha entre Mayo y Junio, una a una y por la mañana a primera hora cuando la fragancia es más intensa. Es esencial recogerla en un gesto rápido y preciso para no dañarla. El Jazmín Grandiflorum se recoge a partir de Agosto y hasta Octubre, también en la madrugada, antes de que el sol comienza a quemar sus pétalos blancos. Se requiere seis millones de flores de jazmín para producir un kilogramo de absoluto, el ingrediente clave que se transforma durante la creación de una fragancia.